La transformación de nuestro carácter
La Biblia dice que somos piedras vivas en la casa de Dios. Podemos imaginar a alguien que toma una piedra sucia, al lavarla por primera vez, quitará mucha inmundicia pero si tuviera manchas de grasa necesitará lavarla nuevamente para ver la piedra tal cual es. Entonces podremos modificar su forma trabajando directamente sobre la piedra.
Esto ilustra la forma en que el Señor trata con nosotros. En nuestra conversión los pecados visibles desaparecen. Dios ha realizado la primera limpieza, pero luego habrá una acción más profunda que incidirá sobre nuestro ser. Dios estará trabajando sobre nosotros allí donde haya conflictos espirituales debido a nuestra forma de ser y su mano estará presente.
- Debemos conformarnos, es decir tomar la forma de Cristo:
La forma de ser que teníamos tiene que cambiar paulatinamente (no instantáneo) y de gloria en gloria seremos transformados.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor… 2 Corintios 3:18
- El temperamento, El carácter y la Personalidad:
Gálatas 5:22 Este pasaje muestra un temperamento lleno del Espíritu Santo, que tiene nueve características que Jesucristo manifestó. Esta es la Voluntad de Dios para nuestras vidas que, aunque conservemos nuestros rasgos naturales, no seamos dominados por nuestra debilidad.
El fruto del Espíritu Santo es: AMOR, GOZO, PAZ, PACIENCIA, FE BENIGNIDAD, BONDAD, MANSEDUMBRE, TEMPLAZA.
Nuestro carácter debe ir creciendo para dar lugar al carácter de Cristo.
Debemos auto examinarnos (Salmos 66:18); ver nuestras debilidades como pecado (1 Juan 1:9); y pedirle a Dios, ser llenos del Espíritu Santo.
2 Corintios 10:4-5 nos dice que llevemos todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo y enfrentemos con la Palabra de Dios las mentiras de Satanás que quiere que pensemos que no podemos cambiar. Fil 4:13 dice que: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Y en 1 Corintios 6:17 dice que: “el que se une al Señor, un espíritu es con Él”.
Si disciplinamos nuestra mente con la verdad de Dios esta verdad nos hará libres: (Juan 8:32)