Sé un pacificador
Sé un pacificador
El orador motivacional, Zig Ziglar, contó sobre un muchachito que fue confrontado por tres acosadores escolares, y cualquiera de los tres podía derribarlo. Pero este chico era brillante. Retrocedió, dibujó una línea en la tierra, retrocedió unos pocos pasos más, miró a los ojos al más grande de los acosadores y dijo: «¡A que no te atreves a cruzar esa línea!». El otro muchacho lo hizo. Entonces, el muchachito se sonrió y dijo: «Muy bien, ¡ahora los dos estamos del mismo lado!». Cuando te encuentras en medio de un conflicto, puedes decidir hacer una de dos cosas: te conviertes en un agitador o un pacificador. Los pacificadores buscan un terreno común e intentan que todos lleguen allí. Su meta es encontrar una solución donde todos ganen. Bernabé, cuyo nombre significa «hijo de consolación», defendió al recién convertido Saulo de Tarso. Los líderes de la iglesia se sentían amenazados por él y, a decir verdad, no se les podía culpar. Sin embargo, Bernabé no estaba pensando en el historial violento de Pablo; él pensó: » Si podemos aprovechar y dirigir a este hombre, él puede ganar la carrera por nosotros». Y resultó que tenía razón. Saulo el perseguidor se convirtió en Pablo el apóstol. Sin embargo, solo ocurrió después que Bernabé puso en juego su credibilidad (ver Hch 9.26-30). Trabajar por la paz requiere que nos arriesguemos. Implica evaluar a las personas según sus mejores momentos y cualidades. Los pacificadores son pensadores de «cuadro completo» regidos por la gracia, no por opiniones intrascendentes ni condiciones transitorias.
Mateo 5.9 NVI
«Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.»
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