No etiquetes a las personas … ¡Ámalas!
No etiquetes a las personas … ¡Ámalas!
Si tiendes a relacionarte solo con los de «tu clase», piensas en esto: «Hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano». Jesús hizo mucho más de lo necesario para encontrarse con una mujer samaritana en un pozo. Desde el punto de vista cultural y religioso, era una mala movida. Primero, ella se había divorciado cinco veces, por lo que tenía una reputación manchada. Segundo, era gentil.
Y en aquellos días, un judío no podía beber agua que sacaran los gentiles del pozo ni comer su comida. Los médicos judíos no podían atender pacientes que no fueran judíos. En realidad, los judíos se referían a los gentiles como «impuros», y creían que si se mezclaban con ellos también ellos se volvían impuros. sin embargo, para Jesús lo importante era incluir a las personas, no excluirlas: «Entonces la palabra se hizo hombre y vino a vivir en nosotros» (Jn 1.14 NTV). Jesús toco leprosos, amó a extranjeros y pasó tanto tiempo con «gente fiestera», que los líderes religiosos lo llamaron «borracho», un amigo de la chusma (Mt 11.19, párafrasis). Jesús no etiqueto a las personas; Él las amó. Y cuando le sigues, Él te señala tus prejuicios y te obliga a lidiar con ellos. Y lo hace porque quiere que cambies tu manera de ver a los demás, y no los mires como judíos o gentiles, ricos o pobres, liberales o conservadores, etc. Es posible que hoy te topes con personas descartadas, como la mujer del pozo. Tal vez las echaron de la iglesia o simplemente no les dieron entrada. Y tendrás la oportunidad de etiquetarlas o amarlas. Honra a Dios … ¡ámalas!.
2 Co 5:16 NTV
Hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano.
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