¡Alaba al señor todos los días!
¡Alaba al señor todos los días!
Un granjero cristiano le enseñó a su caballo a caminar y a detenerse usando palabras de la Biblia. Cuando quería que el caballo caminara, le gritaba: «Alabado sea el Señor». Cuando quería que el caballo se parara, gritaba: «Aleluya». Todo marchó muy bien, hasta que un día un relámpago provocó que el caballo saliera galopando a toda velocidad.
Cuando se dio cuenta que había perdido el control, el granjero se llenó de pánico y olvidó las palabras que había usado para entrenar a su caballo. A lo lejos había un precipicio y se acercaba a él a toda velocidad. Desesperado, comenzó a tratar todas las palabras religiosas que le venían a la mente. Gritó : «¡Amén!» ¡Jesús salva! ¡Digno!¡Santo!. Nada funcionaba. Justo cuando el caballo se acercaba al precipicio, grito: «!Aleluya¡». El caballo se detuvo en el borde. Aliviado, se secó el sudor de su frente y dijo: «¡Ah!¡Alabado sea el Señor!». Ahora en serio, la alabanza al Señor no es una actividad religiosa que se practica solo en la iglesia los domingos en la mañana. «Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor» (Sal 113.3). Esto quiere decir que tus primeras palabras en la mañana y las últimas en la noche sean alabanzas al Señor. «¿Por qué debo alabar a Dios todos los días?. Porque Él es digno de tu alabanza. «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder » (Ap 4.11 RVR60). Y un pensamiento más. Las palabras pronunciadas con amor y aprecio unen a las personas y crean intimidad. ¿Quieres acercarte más a Dios? ¡Comienza a alabarlo más!.
Ap. 4.11 RVR60
«Señor, digno eres de recibir la gloria»
Devocional tomado de La Palabra para ti hoy Copyright © 2018 por Celebration, Inc. © Derechos Reservados.