LA ACTITUD GANADORA
LA ACTITUD GANADORA
Cada uno de nosotros está peleando algún tipo de batalla, pero no todos la estamos ganando. Los que ganan tienen distintas formas, pero todos tienen una cosa en común: ¡una fe que se niega a rendirse! Nadie tuvo más luchas en la vida que David, pero él entendió la importancia de mantener la perspectiva correcta. Él dijo: ¨Tú me armaste de valor para el combate¨. La gracia que recibes de Dios siempre estará a la altura de las dificultades que enfrentas. ¡Siempre! ¿Sabías que Horacio Nelson, el famoso británico héroe del mar, sufrió mareos toda su vida? No obstante, este hombre que hundió la flota de Napoleón se rehusó a que sus luchas personales le robaran su destino. Él no solo aprendió a vivir con su debilidad, sino que la vencía todos los días. Todos tenemos nuestros campos de batalla. Y aunque nadie nos pone una medalla si ganamos, nadie puede quitarnos la satisfacción de saber que no nos dimos por vencidos, ni la alegría de saber que vencimos gracias a la fuerza de Dios. ¿La fuerza de quién? ¡La de Dios! Se cuenta la historia de un niñito que perdió su mano derecha en un accidente. Cuando el médico le preguntó por su discapacidad, él le contestó: ¨No tengo ninguna discapacidad; ¡Simplemente no tengo la mano derecha!¨. Años después el médico descubrió que el niñito había llegado a ser uno de los mejores anotadores en el equipo de basketbol de su escuela secundaria. Su filosofía de vida era: no es lo que hayas perdido, ¡lo que cuenta es lo que te quede! Esa es la actitud ganadora y puedes desarrollarla con la ayuda de Dios.
¨Tu me armaste de valor para el combate¨ Sal 18:39
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