Política de Puertas Abiertas
Política de Puertas Abiertas
La Biblia dice: «Luego, Pablo y Silas viajaron por la región de Frigia y Galacia, porque el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia en ese tiempo. Luego, al llegar a los límites con Misia, se dirigieron al norte, hacia la provincia de Bitinia, pero de nuevo el Espíritu de Jesús no les permitió ir allí. Así que siguieron su viaje por Misia hasta el puerto de Troas. Esa noche Pablo tuvo una visión. Puesto de pie, un hombre de Macedonia -al norte de Grecia- le rogaba: «¡Ven aquí a Macedonia y ayúdanos!». Entonces decidimos salir de inmediato hacía Macedonia, después de haber llegado a la conclusión de que Dios nos llamaba a predicar la Buena Noticia allí» (vv.6-10NTV).
Dios tiene una «política de puertas abiertas». Cuando Él abre una puerta, se supone que la cruces. Sin embargo, nota que cuando Dios no le permitió a Pablo que fuera a Asia, él no preguntó: «¿Por qué Señor?». Él siguió su camino. Para Pablo, intentar algo y que no saliera, no era la gran cosa. Él creía que su regalo a Dios era su corazón dispuesto y su movilidad, y que el regalo de Dios para él era que siempre lo dirigiría a donde necesitaba llegar. La dirección divina es tanto lo que Dios impide como lo que permite. Cada puerta que no se abrió, cada oportunidad que no recibiste y cada llamada que no llegó son, de igual manera, directrices de Dios. Por lo tanto, saber que no puedes quedarte en donde estás ahora tal vez sea el inicio de nuevas instrucciones de Dios en tu vida. Y, con frecuencia, esas instrucciones comienzan con un despertar y una inquietud en tu alma.
Hechos 16.10 NTV
Entonces decidimos salir de inmediato hacia Macedonia, después de haber llegado a la conclusión de que Dios nos llamaba a predicar la Buena Noticia allí.
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