HONRA A DIOS CON TUS BIENES
Honrar A Dios
Honrar al Señor con nuestros bienes es uno de los principios que el Reino de los cielos nos enseña, honrando a Dios de esta forma Él promete bendecirnos y llenar nuestros almacenes con abundancia.
Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto.(Pro 3:9-10 LBLA)
Desde el principio la Biblia nos enseña la importancia de presentar a Dios nuestras ofrendas, En el libro de Génesis El Señor testificó acerca de cómo la ofrenda de Abel le agradó y no la de su hermano Caín, Dios miró con agrado a Abel y su ofrenda.
Podemos darnos cuenta del orden como Dios primero mira a Abel y luego a su ofrenda. El Señor ve primero nuestro corazón y luego ve nuestra ofrenda.
En el evangelio de Lucas El Señor Jesús elogió más la pequeña ofrenda de la viuda pobre que la de los otros; primeramente vio el corazón de la viuda antes que la cantidad que ella había depositado; el rey David también conocía el hecho que Dios primero ve y discierne los corazones.
Yo sé, Dios mío, que tú te das cuenta de nuestras intenciones y que te gusta que seamos sinceros. Por eso me da una gran alegría saber que tu pueblo y yo te hemos presentado nuestras ofrendas, de buena voluntad y con toda sinceridad. (1Cr 29:17 TLA)
La Prosperidad Material.
Las promesas de Dios se proyectan también a nuestra prosperidad material, Su deseo es que seamos prosperados abundantemente tal como lo dejó establecido a su pueblo en el libro de Deuteronomio.
Entonces el SEÑOR tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el SEÑOR de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres. (Deu 30:9 LBLA)
El Ofrendar, diezmar, sembrar y honrar a Dios con las primicias, son principios que están vigentes hasta el presente, mandatos que fueron establecidos por Dios para bendición de Su pueblo, por lo que debemos cumplirlos por amor, gratitud y obediencia a Dios, y principalmente de forma voluntaria sin obligación.
Teniendo presente en todo momento que únicamente damos de lo que recibimos de su mano. Además es un privilegio el poder dar un poco de lo mucho que Dios nos da para el engrandecimiento de su obra por toda la tierra.